Considero
que dentro del cúmulo de autobiografías presentadas, la de Osvaldo
Soriano no cumple con todas las características canónicas del
género. Una de ellas es la categoria 4a nombrada por Phillipe
Lejeune en su texto “el pacto autobiográfico”, la cual describe
que debe haber una identidad del narrador y del personaje principal,
y que es necesario que coincida la identidad del autor, la del narrador y la del personaje. El texto de Soriano presenta más de un personaje: los
gatos, que al colocarlos en primera plana , tanto como a él mismo,
termina generando confusión al querer identificar el personaje
principal. Otra característica que no se cumple tan precisamente en
el texto de Soriano, es el tema tratado, (categoría 2) el cual
debería ser la vida individual y la historia de una personalidad.
Sin embargo, si analizamos detalladamente el texto, se puede observar
la intensión de conectar los gatos que pasaron por su vida, con la
construcción de su personalidad. Así que considero que es una
característica incorporada a medias.
También
considero que la autobiografía de Ricardo Piglia presenta algunos
detalles que no son característicos de las autobiografías, como por
ejemplo la incorporación de una historia paralela a la suya (las
cartas de la mujer), haciendo que el tema tratado nombrado por
Phillipe Lejeune (categoría 2) no sea unicamente la vida individual
y la historia de una personalidad.
Y
por último, la autobiografía de Inti Caporale Leal-Marchena también
no cumple con todas las características del género. Al igual que la
autobiografía de Soriano, aparece un segundo personaje (la mesa en este caso)
que toma un papel relevante en la narración y no deja comprender
cuál es el personaje principal o si ambos lo son.
La
autobiografía de Osvaldo Soriano crea una imagen de aprecio hacia
los gatos , ya que ellos fueron parte de su vida como si mismo. Como lo fue el día que nació: “el día que nací en la calle Alem en Mar
de Plata, había un gato esperando al otro lado de la puerta...”,
hasta cuando
vivía en Paris: “En París, mientras trabajaba en El ojo
de la Patria, en un quinto piso inaccesible, se me apareció un gato
equilibrista caminando por la canaleta del desagüe”
La
autobiografía de Ricardo Piglia crea una imagen de una persona
dividida, como si se tratase de dos personas distintas: “Tenía
la vida dividida, vivía dos vidas en dos ciudades como si fuera dos
tipos diferentes...”.
Se podría decir que la autobiografía de Inti Caporale Leal-Marchena crea una imagen de
nostalgia, introduciendo un objeto (la mesa) que la acompañaría a lo largo de su vida y a la gran
parte de su familia: “ Hace ya cuarenta años que está en la
familia, así que muchos deben considerarla su mesa. En un principio
estaba en la casa de José León Suárez donde todavía vive mi
abuela, y donde vivieron su infancia y adolescencia mi mamá y mis
tíos...” y rememorando hechos pasados cuando la ve: “ Me
acuerdo de mi hermana, Marina, que aprovechando para jugar a la
maestra me enseñó a leer y escribir, a multiplicar, sumar, dividir,
etc.”
En
las autobiografías mencionadas encuentro ejes, temas y
procedimientos que estructuran el relato. Por ejemplo, en el relato
de Soriano se puede detectar un eje muy marcado (los gatos) haciendo que
el resto del relato gire alrededor del mismo; en el relato de Piglia
hay un tema que se destaca: su camino como estudiante y los
lugares por el cual él pasó; y el relato de Leal-Marchena tiene un
procedimiento muy interesante: recorre los recuerdos de su infancia y
la de su familia a través de una mesa.
En
particular, el procedimiento que más me llamo la atención fue el de
Leal-Marchena, ya que logro con un objeto recorrer gran parte de sus
memorias. Por ejemplo: “Además de para comer, una de las cosas
para lo que más usamos la mesa es para dibujar”
También
este procedimiento es el que más atractivo veo por lo
anterior mencionado pero, asimismo, quiero reconocer que el
procedimiento de Osvaldo Soriano es muy interesante, ya que logró
conectar su afinidad con los gatos con gran parte de su vida.
Sin
duda, tomaría prestado el recurso que utilizó Leal-Marchena (el de
la mesa) o también usaría el detalle de contar mini-relatos de
parte de mi vida que utilizó Dámaris Rolón.
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