Mis mañanas con Suri
Miércoles
Ya era tarde. Mi salida con ella se habia retrasado por culpa de mi clase virtual. Esta vez no me cambié, lo que tenía ya era "presentable". Era un pantalón negro que uso para dormir y la parte de arriba de mi pijama. Por encima me puse mi saco de viejita que me encanta usar en invierno. Pero al momento de sacar a la Suri no lo necesitaba. Estaba el sol radiante y con la camiseta estaba perfecta.
Salí de mi habitación, caminé hacia la salida con la Suri detras mio, pero olvidé cambiarme las crocs y ponerme el barbijo. Volvi, me cambié las crocs y me puse mi barbijo negro que estaba colgado dentro en la manija de la ventana. Todo mientras Suri me aullaba y saltaba encima mio dandome entender que me apure. Antes de salir agarré mi celular, lo necesitaba si queria registrar alguna foto. Continue mi camino por el pasillo que divide la casa de mi tia de la mia con Suri adelante, siempre le gusta llevar la delantera. Abro la reja y salgo. Camino solo algunos pasos y observo que dentro de la casa vecina se encuentra la gata de mi tia, que ahora me doy cuenta no tiene nombre. La llamo para que salga de ahí mientras la Suri busca algun lugar para hacer de lo suyo. Ella se acerca acompañada de algunos maullidos, entonces decido agarrarla para que salga totalmente. Me comienza a seguir. La Suri la nota, mas no le hace nada, solo la ignora. Me sorprendió, ella suele correr todo gatite que ve en la calle, pero esta vez no hizo nada.
Camino un poco más sobre la misma cuadra, escoltada por las dos animales no humanas que caminan sobre sus cuatro patas.
Mientras la Suri sigue buscando lugares para hacer de lo suyo, hago una mini sesión de fotos a la gata de mi tía sin nombre. Su pelaje totalmente atigrado de colores negro, marrón y gris y sus ojos verde oliva son hipnotizantes. La sesión es interrumpida por la Suri, algo celosa puedo notar. Decido entonces volver a casa. Ambas me acompañan. Adelante mio la gata de mi tia sin nombre. Atrás la Suri oliendo todo.
Jueves
Hacia mucho frío y las ganas de quedarme en mi cama aumentaban. Pero ya se estaba haciendo tarde y tenía que levantarme a desayunar y sacar a la Suri. Esto último fue lo primero que hice. Su cara de suplica no me permitió que desayune. Me puse una campera negra arriba de mi buzo para dormir. Agarré mis crocs azules y las cambié por las fucsia. Por último agarre mi celular y me coloqué mi barbijo negro. Al salir a la calle me arrepentí de no haber agarrado una bufanda. El viento era continuo y mi cuello estaba muy descubierto.
Justo en la entrada de la casa estaba la gata de mi tía sin nombre. Suri intentó correrla pero al grito de -¡Suri NO!- sus patitas se desviaron hacia el lado contrario donde estaba ella.
Siempre tomamos camino para el lado izquierdo pero hoy Suri fue para el lado derecho. Yo la seguí pero solo hasta la esquina. Mientras, yo acaricio a la gata de mi tía sin nombre hasta que esta decide entrar. Llamo a la Suri para ir hacia la izquierda. Pero no llegó sola, atrás de ella iba un perro marrón casi dorado. No lo reconocí del barrio. Ambos fueron casi uno al lado del otro hasta la otra esquina.
El sol no se asomaba y quedarse quieta no era muy buena opción. Por eso, apuré un poco la cuestión y camine hacia mi casa para que ella me siguiera. Ella lo hizo, tambien su nuevo amigue perruno. Este siguió solo hasta la esquina, donde después desapareció. No sé a donde se fue.
Suri y yo entramos. Ahora si podía desayunar.
Viernes
Ya había terminado de desayunar, hasta ya había hecho un poco de "sobre mesa". Era momento de sacar a la Suri. El día estaba horrible, gris y con mucho viento, ni un rastro de sol. Desde dentro se notaba que con mi simple buzito no iba aguantar el frio. Me levante de la mesa y fui a mi habitación a buscar una campera para ponerme. Agarre una negra de las menos abrigada que tengo, pero era larga y eso ayudaba. También busqué medias, esta vez del mismo par. Me peiné un poco mejor y mientras lo estaba haciendo, desde del sillón Suri me ve, e intuye lo que va a pasar. Se acerca hasta al baño y comienza a hacer su show, dandome a entender que tengo que apurarme. Eso hago. Voy directo a la puerta de mi casa pero antes de salir me percato que voy a necesitar una bufanda. No quería cometer el mismo error del día anterior. Suri me sigue hasta la habitación. Mientras yo busco mi bufanda negra ella va aumentando sus ladridos. La encuentro, la agarro y voy hacia la salida. Pero antes agarro de mi celular, cambio mis crocs fucsias por las azules y me coloco mi barbijo negro.
Suri y yo salimos hacia la calle. Hoy no hay rastro de la gata de mi tia sin nombre. Caminamos hacia la esquina izquierda y repentinamente aparace el mismo perro marrón, casi dorado del dia anterior. Pero hoy venia acompañado de otro perro igual pero negro. Comienzan a jugar y olerse los tres. Los dejo.
Ya habían pasado unos minutos y me estaba congelando. Decidí que ya era momento de volvernos. Cuando estábamos por llegar, otro perro interrumpe nuestra vuelta. Esta vez si lo reconocí. Era el perro de enfrente. Este es cachorro y tiene mucho parecido con la Suri. Creo que ya sé como se hubiera visto ella de cachorra. Ambos comienzan a jugar, también los dejo, pero hay un problema. Suri no mide su fuerza, y jugar con perros de su tamaño esta bien, pero este era un cachorrito que no le llegaba a la mitad de lo es ella. Asi que decido pararlos y llamo a Suri para que entre. Lo logro después de 5 llamados más.
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