Su collar de la suerte
Terminar y comenzar el día pensando en ella era una verdadera locura. Solía soñar con ella a veces, siempre eran sueños muy similares entre ellos. Ella mirándome fijamente, yo haciendo exactamente lo mismo. Quedar inmovilizados y ver cada detalle de ella con tanta claridad como si no estuviera soñando. Contemplar sus rizos dorados, su piel blanca y lisa, su atuendo tan simple pero elegante.
Hasta la soñaba con su collar de la suerte, o así le llama ella, ese collar negro en forma de escarabajo no sé que tendrá de suerte, pero si que le queda bien, bah, todo le quedaba bien. Lamentablemente siempre terminaban iguales: yo despertándome y volviendo a la realidad.
Ella estaba en mi mismo colegio, así que tenia la suerte de verla gran parte de la semana. Yo siempre la tenía en cuenta, pero ella parecía ni verme. Pasaba de ser percibido cada vez que pasaba por mi lado. Ella solo tenia ojos para gente de su altura. Y yo quedaba fuera de eso, en todo sentido.
Los recesos era mi momento para estar con ella, aunque sea de lejos. Siempre iba directo a su casillero a retocarse, decía que después de dos horas de clases debía verse horrible. Para mi era perfecta en todo momento. Ella estaba como 15 minutos mirándose las "imperfecciones" en el espejo que ella había colocado allí.
Un día me anime y me acerqué a ella. Su perfume era exquisito, no había comparación con ninguna. Cuando me dispuse a decirle algo, ella se dio vuelta y con su cartera me dio un bofetazo en mi rostro. Ella ni siquiera se percató de esto. Definitivamente, para ella no existía.
Ese día llegué a mi casa, no saludé a nadie y subí directo a mi habitación. No entendía como podía enamorarme de alguien que ni siquiera me veía. No podía dejar las cosas así, no podía vivir a base de sueños. En algún momento mis sueños debían volverse realidad.
Mire el único reloj que tenía en mi casa, casi tan antiguo como mi abuela, este marcaba las 18:15. Me recosté en mi cama y llorando, caí en el sueño profundo, el único lugar donde era feliz.
Este sueño fue distinto a los demás. Me esperaba la misma o similar secuencia de siempre, pero este fue desafortunadamente muy distinto. Otra vez estaba en la escuela, en el mismo lugar que ella me dio ese bofetazo. También estaba ahí, mirándose al espejo y retocándose. Intenté acercarme de nuevo. Esta vez ella me vio, sus ojos y los mis interactuaron por un minuto, pero lo que continuó no fue nada agradable. Dio un paso para atrás, me miró nuevamente, pero esta vez de arriba a abajo, y de sus hermosos labios salió "¿Qué me miras enano?, volvé al cuento de donde saliste" continuándole una risa burlona. No sabía que sus palabras podían ser tan hirientes. Mis ojos se llenaron de lagrimas y mi furia fue tanta que con mi puño logré romper ese espejo que ella tanto amaba. Su rostro cambió, ahora ya no se reía. Se empezó a alejar al ver que en un momento agarré uno de esos pedazos de espejo desparramado en el piso. Me fui acercando poco a poco, y ella aleándose me pedía disculpas. Pero la furia que sentía era más fuerte que el amor que sentía. Logré llegar a ella, y antes de clavar el espejo en su pecho, le arranqué el collar de escarabajo de su cuello, diciéndole "ya no vas a tener más suerte". Pensé que en ese momento me iba a despertar, pero el sueño continuó. Yo caminé por el pasillo y cuando miré para atrás el cuerpo de ella ya no estaba, en su lugar había un perro negro que me miraba muy fijo, este se me acercó y con mucha furia, me arrebató el collar de escarabajo de mis manos. Por suerte en ese momento me desperté, aunque algo exaltado. Miré nuevamente el reloj antiguo de mi habitación y estaba vez marcaba las 22:50, pensé ¿tanto dormí? Sin darle importancia bajé a tomar algo a la cocina, no había nadie, ya estaban todos durmiendo. Subí nuevamente a mi habitación y al abrir la puerta, pegué un grito al percatar que dentro había un perro negro mirándose fijo al espejo, con el mismo collar de escarabajo que tenía ella. Lo miré, me miró, inmovilizados quedamos. Entendí el verdadero sentido del collar. De ahí en más mis sueños se volvieron mi realidad y mi realidad mis sueños.
6 de Mayo del 2020, Marlene Contreras.
6 de Mayo del 2020, Marlene Contreras.
Comentarios
Publicar un comentario