"Hoy no, pero algún día"
una secuela de "El hombre lagarto" de David Poissant
Cuanto más rápido quería llegar más lento parecía manejar. La noche estaba oscura, nublada. La carretera vacía. La tormenta era mi única compañía. De a ratos parecía solo una tonta lluvia, y de a ratos sentía que mi auto iba a salir volando junto conmigo. Pero nada me iba a detener, tenía que estar a primera hora en Baton Rouge y encontrar valor para volver a ver a mi hijo a los ojos. Mi mente imaginaba muchos tipos de respuesta de Jack, en ninguna me recibía bien. << ¿Y si ya no vive en Baton Rouge?>> Pensé. No había pasado demasiado tiempo, pero podría ser una posibilidad. << ¿ Y si cuando voy lo encuentro con... otro chico? >> Decidí dejar de pensar en esas estúpidas posibilidades y mejor pensar en que iba a decirle. No podía llegar y no decirle nada, pretender que me acepte sin siquiera pedirle disculpas. Mis manos empezaron a sudar muchísimo. Mi respiración iba acelerando lentamente. Tomé la decisión de parar en la próxima estación de servicio. Quería tomar aire fresco. Todo mi cuerpo necesitaba aire fresco, no bastaba con abrir la ventana. Además aprovecharía a cargar combustible, no quería que nada obstaculizara mi camino.
Llegue a la estación de servicio, me bajé y puse a cargar el auto con combustible mientras me quedaba apoyado en la puerta del acompañante de mi auto. La tormenta estaba algo más tranquila. La lluvia era solo unas pequeñas gotas, aunque el viento aún era muy poderoso. La estación estaba solitaria y bastante oscura. Solo la alumbraba las luces de adentro de la tienda y su cartel luminoso -24 HORAS- que se reflejaba en el parabrisa de mi auto.
***
-¡Jack! Hijo, despertate que hay que bajar- Le dice Lynn muy suavemente a Jack mientras intenta arroparlo entre sus brazos con una manta- Tu padre quiere cargar el auto- Me mira- Podríamos haber esperado un poco a que amanezca, aún hace mucho frio para él- Me dice con una voz demandante.
- Si seguía, nos íbamos a quedar sin combustible a mitad de camino- Le digo y luego abro la puerta del auto para bajarme.
Jack, aún entredormido, abraza con un brazo a Lynn de la cadera. En la otra mano sostiene su bebe de juguete. Hace un año que lo tiene y nunca fue a ningún lado sin el. Yo creo que eso no es para un niño. Me gustaría que ella le regalara otra cosa, algo como los demás niños. Pero Lynn siempre le cumplió todos los caprichos. Siempre discutíamos por eso. Un día discutimos tan fuerte que ella me pidió que me fuera a dormir a otro lugar. Lo que ella nunca entendió es que yo quiero lo mejor para Jack, solo lo estaba protegiendo.
-¿Ya está?- Me dice Lynn con impaciencia.
-No, aún no. Dejame a Jack y anda a comprar algo para tomar, se nos esta por terminar- Saco unos billetes de mi billetera y agarro a Jack.
Jack seguía entredormido, así que lo alcé y lo lleve al asiento trasero. Terminé de cargar el auto, y desde afuera veía como Jack abrazaba a ese estúpido juguete. No sé por qué, pero fui a donde estaba y con mucho cuidado se lo saque de sus brazos. Mire que Lynn no llegara, no quería discutir con ella, no hoy. Quise arrojarlo lejos, pero llegó Lynn.
-¿Ahora si?- Me dice mientras pretende entrar al auto.
- Si, anda a pagar- Saco otros billetes de mi billetera- ¿Por favor?
Ella accede con mala cara y yo vuelvo a agarrar el juguete y lo lanzo con fuerza.
Lynn llega y antes que pueda decirle algo ella se sienta en el asiento del acompañante, se pone el cinturón y se dispone a dormir con su cabeza mirando hacia afuera. Sabia por su expresión que estaba enojada.
***
Terminé de cargar el auto y entro a la tienda a pagar. Una señora de unos cincuenta y pico con cara de dormida me atiende - 4 con 50 - Me dice sin siquiera mirarme. Le doy un billete de 10. Mientras espero mi vuelto comienzo a mirar la tienda, tratando de recordar algo que le gustara a Jack, pero no lo logro. Es increíble como no sabía ningún gusto de él. Pero, aunque capaz no sabía sus gustos, algo si recordaba con claridad: su juguete preferido de niño. <<Ese estúpido bebé de juguete>>Pienso. Ese juguete me trajo muchos problemas. La mañana luego de arrebatárselo a Jack de los brazos y arrojarlo, él no paraba de llorar. Yo le decía que después compraríamos otro juguete, que seguro lo perdió cuando bajó dormido en la estación de servicio. Pero nada lo calmaba. Lynn me echó la culpa y ese día casi ni me habló ni yo a ella. Aunque tenía razón, yo nunca lo iba a admitir, así que también me hice el ofendido.
La señora me entrega mi vuelto y antes de salir le pregunto si conoce alguna juguetería cerca. No sé por qué pero sentía que le debía eso a Jack, aunque seguro ya ni le importara ese estúpido juguete.
- ¿A esta hora?... Imposible.
-Claro, ya sé... Me refiero a si conoce alguna juguetería cerca, yo esperaré a que abra.
Ella que estaba con la cabeza baja me mira de reojo y me niega con la cabeza
-Pero capaz consigue algún juguete en la tienda que esta a unos 100 metros de acá
-Gracias- Le digo y salgo directo hacia mi auto en busca de esa tienda. Mi intención era parar en frente y descansar hasta que se hiciera de mañana y abran.
"Tienda de los Soles" La primera en un kilometro. Antes de ella no había absolutamente nada. Tuve que adentrarme para encontrarla. Ya estaba cerca de Old Jefferson, lo que significaba que solo me queda una media hora para llegar a Baton Rogue. Solo me iba a demorar unos minutos más hasta que esta maldita tienda abra. No faltaba mucho. Hasta que la encontré, ya se habían hecho las 8 de la mañana. La lluvia había parado y se lograba ver algunos rayos de luz del sol entre las nubes. Estacioné mi auto cerca de la tienda y me acomodé en mi asiento a esperar que abran. Estando acá iba a ser el primero en llegar y el primero en irme, para luego sí conducir sin parar hasta Baton Rogue.
***
-toc toc- logro escuchar sonar unos nudillos golpeando la ventana de mi auto. Me había quedado dormido. Toda la noche manejando, cuando pude acomodarme un poco, mi cuerpo se desvaneció. Un hombre de cabello canoso y con el ceño muy fruncido me despertó. Me froté los ojos un poco y baje la ventanilla del auto para preguntarle que necesitaba. A lo que me responde de muy mala manera -Esta mal estacionado. No sé si ve, pero ese que esta ahí es un garaje, mi garaje, y usted lo esta obstruyendo.
-Perdón señor, solo estaba esperando...
-No me interesa sus problemas- Me interrumpe - Solo corra el maldito auto.
Sin siquiera hacerle ningún gesto, accedí y corrí el auto. Mientras lo corría logre ver que la tienda ya había abierto y tenía gente << Y claro, si ya son las 9:20 de la mañana>> Pienso. Me dormí casi una hora, si no fuera por el viejo no sé a que hora llegaría a Baton Rogue. Pero había otro problema, en la manzana no había ni un lugar para estacionar, lleno de garajes y autos ya estacionados, si volvía a ponerme en algún garaje el viejo me iba a ser problema. Así que di unas vueltas por la manzana esperando que se fuera. Me iba a estacionar en el mismo lugar, era el más cercano y si había algún problema podría verlo desde dentro de la tienda. Además, solo me iba a tardar unos minutos.
15 minutos esperando. Mirando para afuera constantemente para que nadie llegue con una infracción para mi auto. Mientras dentro, dos señoras charlando con la dueña del local lo más tranquilas sin aún comprar absolutamente nada.
Luego de 10 minutos más, las señoras se llevaron un maso de cartas, solo un maldito maso de cartas. Ahí al fin me atendió.
-Buen día, ¿Qué buscaba?
Con mi mejor intento de buena cara le pregunto si tiene algún tipo de muñeco bebe. Ella mira a su alrededor y sin encontrar nada, me dice que no. Pensando en el tiempo que perdí, me dirijo a la salida. Pero antes, ella logra decirme -¡Espera! acá hay- Se ríe- Que tonta, lo siento, soy nueva aquí y aún no sé donde esta cada cosa.
-¿Cuanto cuesta?
- Son 17
Miro mi billetera. Solo tenía 15 y algunos centavos. Ya me había olvidado lo caro que son los juguetes.
-¿No hay alguna más barata?- le pregunto.
- Voy a buscar en el deposito, capaz hay alguna.
Con impaciencia la espero. Mientras lo hago, escucho a una distancia no muy lejana un estruendo de autos, pero no le doy importancia. A lo que llega la señora y riendo dice - Un estúpido dejó el auto mal estacionado, sí que hay personas tontas - Desesperado miro hacia afuera y como imaginé, el auto que estaban remolcando era el mío. Salgo rápidamente de la tienda al grito de -¡No! ¡Por favor no! Necesito llegar a Baton Rouge hoy- Le suplico al remolcador.
-Lo hubieras pensado antes- Alcanzo a escuchar a mis espaldas una voz conocida.
- ¡Viejo del demonio!
- Te pasa por volver a dejar el auto en mi garaje. No me digas que no te advertí.
-¡Hijo de puta te habías ido!
-Pero volví. Y me encontré con el mismo cacharro viejo obstaculizando mi garaje.
Interrumpe nuestra discusión el remolcador diciéndome que tenía 72 horas para buscar mi auto. Luego me da un papel con una multa de 100 U$S.
- ¿100 dólares?- exclamo mientras me agarro la cabeza con mis manos.
***
Irritado por la situación, entre nuevamente a la tienda, pagué el muñeco a 10 dólares y salí en busca de un autobús o algún alma solidaria que me alcance hasta Baton Rogue. Ya eran 10 de la mañana. La carretera estaba solitaria. Mi situación no podía empeorar. No conocía esta parte de la carretera. No sabía donde había una parada de autobús. Así que comencé a pedir aventón, esperando que alguien se apiade de mi.
Luego de unos diez minutos de esperar que apareciera algún auto y que de los que pasaran paren, una camioneta Nissan gris estaciona al costado de la carretera.
Un hombre de pelo y bigote castaño baja su ventanilla y me pregunta - ¿Para dónde vas muchacho?- A su lado, puedo ver un niño de unos 7 años que me mira con una sonrisa en su rostro.
-A Baton Rogue.
-Estas de suerte- Dice con una leve sonrisa plasmada en su rostro- Nosotros vamos para allí- Abre la puerta trasera- ¡Súbete!
-Muchas gracias- Digo y me subo. La camioneta estaba acondicionada, parecían estar en un viaje largo. A mi costado, había un bolso grande. Detrás mío una patineta y unos guantes de beisbol. Adelante había varias bolsas de frituras sin abrir. Al verlas, el hambre se apodero de mi. Tantas horas sin comer traían sus consecuencias.
-¿Quieres?- Se da vuelta el niño y me ofrece unas frituras que si estaban abiertas. Pareciera que me había leído la mente.
-Agarra sin problema. Tenemos muchas más aquí- Me dice el hombre y luego me extiende la bolsa entera de frituras.
-Gracias- Digo, agarro la bolsa y comienzo a comer con algo de desesperación.
-¡Si que tenías hambre!- se ríen el hombre y el niño- Mi nombre es Gabriel y él es Noah...
-Dan, me llamo Dan- Digo antes que me pregunte.
-Bueno Dan ¿A qué vas a Baton Rogue? ¿Se puede saber?- Pregunta Gabriel.
-Voy a lo de mi hijo.
-Uuh ¿Tenes un hijo? ¿Puedo conocerlo? Capaz quiera jugar beisbol conmigo- Dice Noah.
-Él es más grande, pero capaz quiera -Respondo y continuo comiendo mis frituras. Pienso otra vez en el momento que lo vea a lo ojos nuevamente. Pienso en qué me dirá, cómo será su expresión. Ya no faltaba mucho, dentro de poco ya estaría en el centro de Baton y yo tendría que pensar qué hacer, qué decir.
-Uy... Vamos a tener que parar- Anuncia Gabriel interrumpiendo mis pensamientos- Me estoy quedando sin combustible.
Al encontrar una estación de servicio, Gabriel se estaciona y nos pide que bajemos. Agarro el muñeco y bajo del auto. Lo mismo hace Noah, pero él agarra un paquete de frituras que tenía abierto. Luego me apoyo sobre una columna a esperar. Para mi sorpresa el niño Noah se para a mi lado. Él me mira, mira el muñeco bebe que sostenía en una de mis manos y me vuelve a mirar.
-¿Es para tu hijo?- me pregunta
-Emm... Sí.
-Esta lindo. Nunca tuve uno. ¿Cómo se llama él?
-Jack.
-Que suertudo Jack.
-¡Noah! No molestes a Dan- Se escucha a Gabriel saliendo de pagar en la tienda. Él se va corriendo con sus frituras en las manos a abrazar a su papá y luego suben al auto -¡Vamos Dan! Ya estamos cerca de tu hijo- Dice Gabriel antes de subirse al auto.
***
El centro de Baton era como recordaba. Años atrás vinimos con Lynn, Jack era un bebé y éramos felices, o eso parecíamos. En esos momentos veníamos a visitar la cuidad, ya que Lynn tenía unas viejas amigas aquí. Ella siempre me decía que le encantaría vivir aquí, pero a mi nunca me pareció muy lindo. Además, era muy caro en esos tiempos. Capaz por eso, luego de tantos años, Lynn y Jack vinieron aquí. Ya no había nadie que se los impidiese.
Les pedí a Gabriel y Noah que me dejen en el centro, yo sabría como ir solo.
-Espero que le guste tu regalo a Jack- Me dice Noah antes que baje del auto.
-No creo que lo necesite- Agarro el muñeco bebe y se lo doy- Vos le vas a dar más uso que él.
-Agárralo Noah, Dan te lo esta regalando- Le dice Gabriel.
-Muchas gracias, se lo voy a cuidar muy bien, se lo prometo- Me expresa con alegría y luego agarra una paquete de frituras del montón y me las regala- Para que comas junto a tu hijo.
***
Lynn antes de irse me dejó anotada la dirección de su nueva casa y su número, aunque me especificó que no me quería cerca de Jack, ella me dio la posibilidad de encontrarlos. Ya se habían hecho las 11 de la mañana y el día se había vuelto a nublar. Volvería la tormenta, lo más probable. Estaba ahí, frente a su casa, a pasos de volver a ver a Jack. Sin nada para ofrecerle más que una bolsa de frituras y algunos dólares que me sobraron. Me acerque a la puerta y toque el timbre. Aún no tenía idea de que decir, cuanto más lo pensaba más ganas tenía de huir. Pero no lo hice. Me quede esperando que abrieran la puerta, en busca de que me perdonen. Pero lo que encontré fue una bofetada de Lynn.
-¿Qué mierda haces acá?
-Hola... ¿y Jack?
-No esta, por suerte se fue con unos amigos a almorzar. No tuvo la misma desgracia que yo de verte la cara de nuevo.
No sabía que decir. Me quedé paralizado por unos segundos, hasta que pude largar las palabras de dentro mío - ¿Sabes cuándo volverá? Yo quiero...
-Seguro que hoy no- Me interrumpe. Seguro estaba mintiendo, ella no quería que lo viera- Mejor andate. Aún no se recupera de lo que sucedió.
-Por eso vine... yo...yo quiero verlo, saber cómo esta.
-No es momento ¡Hoy no!
Sí, podía terminar peor el día. Luego de eso último ella me cerró la puerta en la cara. No la culpaba, cualquier persona hubiera hecho lo mismo. Hasta el mismo Jack si hubiera tenido la oportunidad. Ese día no pudo ser. Capaz Lynn tenía razón, no era el momento. Pero me dije y me prometí 'Hoy no, pero algún día te voy a volver a ver hijo'
Protocolo
Ese día me levante recordando los cuentos que había leído la noche anterior. Como ya había leído la consigna, mientras estaba desayunado, pensé qué podía agregarle a la historia de Dan y Jack para hacerla aún más interesante. El final ya lo sabíamos gracias a un leve spolier en "el cielo de los animales" ¿Cómo iba a ser exactamente? Eso no lo supe hasta después.
Sabía que quería usar el mismo método que Poissant, así que comencé con el presente, tratando de describir un camino de ruta al anochecer con una gran tormenta, como lo pronosticaron en el "Hombre lagarto". Quería que el narrador, Dan, tuviera su momento de reflexión. Pero no quería que fuera dentro del auto, quería algo distinto. Pensé ¿Qué es lo que hace uno cuando viaja por muchas horas en un auto? Claramente, él debía bajar. Pensé que una buena excusa iba a ser la falta de combustible, ya que su apuro de llegar hubiera opacado cualquier otro obstáculo, salvo uno. Nunca hubiera podido llegar sin combustible, entonces ese fue el momento que elegí para que sea de reflexión. Aquí la transición. Una de las opciones era la relación que podría haber tenido Dan con su padre, pero preferí no usarla. Creí que seria más interesante a la trama contar cual era la relación familiar entre Dan, Lynn y Jack antes de todo lo ocurrido en los cuentos original. Creí que sería una buena transición que el lugar de la escena también sea una estación de servicio. Me imagine en mi cabeza que habían hecho una viaje familiar, algo así como unas vacaciones, pero no quise especificarlo en el cuento, me parecía redundante a la historia. Quería que se notara desde tiempo atrás la aprobación de su madre y la terquedad de Dan. También pensé que seria bueno que la relación entre Dan y Lynn no haya sido la mejor desde mucho antes, aunque tampoco quería que ella sea el centro de la historia. Luego, otra transición. Pero esta fue interrumpida por mi hambre y carencia de ideas, entonces decidí dejar de escribir el cuento hasta que me venga a la cabeza una idea más clara de como continuar. Ya que tenía algunas ideas buenas para el final, sin embargo, debía llenar el medio de la historia con algo interesante, pero no sabía con qué.
Al día siguiente, haciendo tiempo, decidí retomar mi escritura. Claramente mi idea del flashback era conectarlo más adelante. Así que eso fue lo que hice. Sin mucha idea, comencé a escribir y me deje llevar por mi imaginación. Siempre escribo un boceto de mis cuentos en un diario que tengo, y luego los transcribo a la computadora, por ende, si algo no me convence, al momento de transcribirlo lo cambio. Por otro lado, quería que el cuento sea largo. Similar a los de Poissant, así que me extendí en algunos detalles secundarios, como la pelea con el viejo y el remolque del auto. Ahí pare nuevamente, otra vez por la falta de ideas. Pero esta vez estaba más cerca del final.
Al día siguiente decidí comenzar a transcribir la historia de mi diario al blog. Mi idea era retocar lo que ya tenía escrito en papel, agregarle más detalles. Busque específicamente donde quedaba Baton Rogue y analice los lugares cercanos para poder poner nombres reales de lugares, como Old Jefferson. Luego lo terminaría directamente en la computadora.
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