Autoevaluación
Luego de alrededor de cinco meses de cursar el primer cuatrimestre de
Taller de expresión tengo muchas cosas que contar.
Sin duda, puedo asegurar que este cuatrimestre fue muy distinto a lo que
yo esperaba. Como mi primer año en la carrera, sin tener experiencia salvo en el
CBC, debía adaptarme a un ritmo de vida diferente y aventurarme de lleno a esta
carrera, la cual debo admitir que tenía mis dudas. Pero las cosas fueron
diferentes. Como público conocimiento un virus paró la vida de todos y todas de
manera indefinida. Debimos adaptarnos a esta circunstancia repentinamente con
las herramientas que teníamos. Personalmente, de un rango del 1 al 10 mi experiencia
con este virus y la cuarentena, hasta ahora, fue de un 7. Tuve algunos
problemas con la conectividad al principio. Me costó adaptarme a mirar a los
profesores, compañeros y compañeras a través de una cámara. Además, no tenía computadora,
sólo la de mi hermano, pero al igual que yo, se manejaba online con su universidad.
Esto fue un problema. Había momentos de conflictos y disputas por ella. Afortunadamente, al final del cuatrimestre
pude adquirir una computadora y ahora las cosas son diferentes, mucho más fáciles.
Sobre la materia, fue una gran sorpresa. No creí que hubiera una
materia donde haya tan flexibilidad de contenido. Entiendo que las circunstancias
lo ameritaban, pero hablando con una compañera, que también cursa esta materia,
pero en otra cátedra, me percaté que la cátedra a la cual me anote parece manejarse
diferente a las demás. Y eso fue una gran jugada del destino. Ya que, como
muchos sabrán, la asignación de materias en la facultad depende de algunos
requisitos, los cuales solo tengo uno. Entonces, tuve que pasar por todos los
llamados de inscripción. Y las primeras dos veces no me había anotado a esta
comisión. Pero en el tercero, por descarte, lo tuve que hacer. Y que bueno que
lo hice.
Pongo en duda si alguna otra cátedra o comisión me hubiese dado la inspiración
y voluntad que me dio esta. Había olvidado lo lindo que era escribir. Como dije
en mi video de presentación, siempre me gustó escribir. No sé si lo hacia mal o
bien, pero me gustaba plasmar en papel lo que me iba bajando de la mente, de mi
imaginación. Cuando era chica mi mamá me dio una maquina de escribir que no sé
de donde la sacó. Siempre la miraba y me daba ganas de escribir con ella, pero
nunca pude ya que estaba rota y al ser tan antiguas ya no tenían arreglo. Luego
de años de estar en mi habitación, un día solo desapareció, pero no pierdo la
esperanza de algún día volver a encontrar otra y esta vez si poder usarla.
Puedo afirmar que este primer cuatrimestre volví a escribir, volví a imaginar como antes.
Conocí muchos autores que me gustaron demasiado y aprendí cosas nuevas. Pero
aún me falta mucho por transitar, y no hablo solo del resto del cuatrimestre,
sino de un trayecto de futuro, de vida, que este año empecé y que no sé cuando
terminará.
Marlene Contreras, 2020.
Comentarios
Publicar un comentario